INDUSTRIA
Revista Industrializar Argentina
Jun 13, 2019
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Crisis económica y colapso Industrial

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Desde hace mucho tiempo que no se ingresaba en un proceso electoral presidencial en condiciones de crisis económica como la actual. Ya se cumple un año de la aplicación del programa del FMI. Hay una nueva generación de argentinos que enfrenta por primera vez como adultos esta realidad. La recesión no disminuye y el horizonte no es alentador.

El siguiente artículo fue publicado por la Revista Industrializar Argentina y su autor es el Ingeniero Electrónico, Rubén Fabrizio.

INTRODUCCIÓN

La situación de la macroeconomía es muy mala. Con tasas de interés en niveles mortales para la actividad productiva, con el salario real en caída achicando el mercado interno y con costos dolarizados en alza que invalidan las oportunidades de exportación o de sustitución de importaciones. 

La receta del BCRA de subir tasa para contener el dólar se muestra incapaz de contener la inflación, que sigue su rumbo ascendente. La obra pública, que en años electorales anteriores actuaba como un bálsamo, este año parece insuficiente para contrarrestar tamaña recesión. Veamos algunos números específicos de la industria: actividad, capacidad instalada y empleo.

ACTIVIDAD INDUSTRIAL

La industria manufacturera arrancó el 2019 con una caída muy fuerte, sin signos de recuperación respecto a un mal año 2018. Continúa la tendencia (mala) del último tramo de 2018.

Aunque algunos funcionarios se esfuerzan en acomodar unos pocos y acotados números (IPI manufacturero Enero 2019/diciembre 2018 +4,6% desestacionalizado) para señalar que la crisis terminó, la realidad es que parece no haber “piso” todavía.

Los más afectados por la recesión -provocada por la suba de tasas para contener el dólar- son los sectores pymes dependientes del consumo interno. Pero la caída del salario real ya impacta fuerte en la industria alimenticia, incluso en las grandes empresas del sector.

Dentro del sector metalmecánico, el sector de bienes de capital sufrió una fuerte contracción. Incluso por la baja de la demanda también caen las importaciones de BK.

Durante el último trimestre de 2018 las exportaciones de bienes de capital (u$s112,6 millones) disminuyeron un -43,4% en relación al mismo período de 2017, por otra parte, las importaciones (u$s 1.034,5 millones) tuvieron una caída de -46,9% manteniendo un déficit comercial de u$s 921,9 millones.

Es decir es evidente el retroceso de la inversión de capital. Ver Figura 2 No hubo sectores ajenos a la caída generalizada. Solamente es cuestión de diferencias de grado.

La fuerte caída de la industria automotriz arrastra también a su proveedora la industria de metales básicos (acero y aluminio). Pero esta última también cae de la mano de la baja de la obra pública, de la construcción y de la metalmecánica. La caída de la construcción también impacta en la baja del subsector de minerales no metálicos (que provee de insumos a la construcción).

La industria automotriz está en un pésimo momento. Casi todas las terminales están con suspensiones y despidos. El sector pyme autopartista enfrenta un horizonte funesto. Tal debacle solo es superada por la producción de motos. Estos sectores son víctimas principalmente de las condiciones de financiamiento abusivas con tasas usurarias que ofrece el sistema bancario argentino.

Los sectores PyMEs que venden masivamente a los hogares argentinos y por lo tanto son dependientes del salario real siguen en caída. Ellos son Textiles, Cuero, Calzado, Muebles y Colchones. Incluso ha caído Alimentos y Bebidas con una fuerte caída en lácteos (dónde se observa racionamiento de las marcas de leche más baratas). Ver Figura 3

CAPACIDAD INSTALADA

En enero de 2019 la utilización de la capacidad instalada de la industria argentina cayó hasta 56,2%. Algunos sectores, por debajo de ese promedio, están en situación crítica (el textil, la metalmecánica, automotriz y plásticos) Ver Figura 4 y 5. La metalmecánica viene retrocediendo desde 2011.

 EMPLEO

Durante los últimos cuatro años hubo una caída manifiesta de empleo industrial de alta calificación.

Hasta el año pasado esto era compensado por la generación de empleo de baja calidad (cuentapropismo, monotributo social, repartidores en bicicleta).

La novedad del informe del INDEC de marzo es que ahora ni siquiera ese empleo semi-informal y de mala calificación se mantiene.

Crece el desempleo. La mirada de más largo plazo permite observar que luego de años de estancamiento (2012-2015) el empleo industrial está en retroceso manifiesto.

¿HAY SOLUCIONES?

El año 2019 apunta sombrío. Obra pública acotada por ajuste acordado con el FMI; las PPP que se habían lanzado como la tabla de salvación, quedaron reducidas a unos pocos proyectos; no hay indicios de que se detenga la bicicleta financiera que mata a la producción; el consumo seguirá a la baja.

Las únicas esperanzas para apuntalar la actividad (y el ingreso de divisas) son una buena cosecha y el repunte de la demanda desde Brasil.

El Ministro de Hacienda en su reciente viaje a New York logró que el FMI aprobara adelantar los dólares previstos para el año 2020, para evitar el default antes de las elecciones. También el FMI autorizó al Gobierno a reforzar las partidas destinadas a los sectores más vulnerables conscientes del efecto devastador del ajuste en marcha.

Asimismo se han anunciado tasas subsidadas para descuento de cheques. Se anunció que un paquete de leyes se enviará al congreso.

Según aclararon los funcionarios estas leyes tienen por objetivo reducir la carga fiscal y los costos, mejorando la competitividad. Se han denominado LEYES PARA LA TRANSFORMACIÓN PRODUCTIVA e incluye:

• Blanqueo Laboral,

• Ley Pyme,

• Ley de Economía del Conocimiento,

• Ley de Lealtad Comercial y

• Ley de Defensa del Consumidor.

Las leyes son apuestas a futuro. Seguramente tendrán efecto positivo en algún momento, pero no sirven para enfrentar la crisis actual.

El resto de las (pocas) medidas de contención apuntan a los sectores vulnerables (AUH, Jubilados, cadena de pagos de pymes).

La magnitud de la crisis exige otro tipo de medidas. No es viable un país con una magnitud poblacional como la Argentina, que ofrezca condiciones de vida dignas para todos sus habitantes solo en función de una dotación de recursos naturales per cápita como la nuestra, que es baja en comparación con naciones que si pivotean en sus recursos naturales.

La salida de esta crisis es con más y mejor industria, con un mercado interno demandante, con servicios de calidad generados en una estructura industrial madura, sofisticada. Para atender la coyuntura se debe dar por terminado el ciclo de “super tasas de interés”, hay que poner al sistema bancario y financiero al servicio de la producción.

La bicicleta financiera mata toda producción. Las tasas deben converger a valores compatibles con la actividad productiva El sector bancario es uno de los pocos con rentabilidad alta y creciente, es hora de una distribución de rentabilidad más beneficiosa para toda la sociedad.

Hay herramientas de administración del comercio exterior, que son totalmente legítimas, que se deben implementar.

Durante los últimos años se ha puesto a la liberalización del comercio como objetivo en lugar de utilizar las herramientas de administración del comercio al servicio de la actividad productiva.

Hoy la Argentina se encuentra en una situación de fuerte asimetría respecto a sus socios comerciales más importantes. Las naciones desarrolladas y en vías de desarrollo implementan medidas para arancelarias para defender y desarrollar su producción. Estas medidas no dejan de aumentar. Se trata de barreras técnicas al comercio y medidas sanitarias y fitosanitarias. Según informa CEU-UIA en base a datos de la OMC: Ver Figura 7 “En 2017, se identificaron 463 medidas a las que están sujetas las exportaciones argentinas, originadas en 65 países. Estas medidas abarcan al 48% de las ventas argentinas en el año 2017 (USD 27.954 MM)” “En particular, según los últimos datos de 2018 de la OMC, mientras que Brasil preparó y puso en vigencia 2.647 medidas no arancelarias, Argentina solo lo hizo con 751”

Se trata de herramientas insoslayables para salir de la crisis actual.

Finalmente hay que reorientar las políticas públicas, especialmente las referidas a grandes proyectos de infraestructura, para maximizar las provisiones nacionales. La aplicación de la legislación vigente de Compre Nacional es insuficiente, especialmente en lo que hace a los sujetos alcanzados. Las exigencias de contenido nacional en las obras públicas con mecanismo de financiamiento PPP subestiman las capacidades actuales del sector industrial nacional. Los proyectos de ensamblado de aerogeneradores tienen bajo impacto en horas de trabajo, con un costo fiscal enorme. Las centrales nucleares e hidroeléctricas contratadas llave en mano con tecnólogos chinos o alemanes dejan afuera empleo argentino de alta calificación, generando a su vez un alto endeudamiento en divisas.

Del mismo modo que la explotación de VACA MUERTA con equipamiento importado usado y obsoleto produce caída de actividad y empleo en un sector de la industria de larga trayectoria y nos impone una ineficiencia manifiesta en la explotación de un recurso valioso.

 Estos 3 ejes:

• Sistema bancario y financiero al servicio de la producción

• Administración inteligente del comercio

• Verdadero compre nacional en obras de Infraestructura

Deben ser sostén principal de cualquier política de estado que se proponga sacar a la Argentina de la postración económica y social en que se encuentra.